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lograr algo razonable, siempre que tenga que hacer su deber, partirá siempre de este
principio, que la cosa es fácil en tanto que es posible y en consecuencia “las palabras
“difícil, imposible, yo no puedo, es más fuerte que yo, no puedo impedirme... etc.”
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El dominio de sí mismo
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Desaparecerán completamente de su vocabulario. Estas palabras no son castellano, ni
pertenecen a la lengua francesa o aquella en la que usted se exprese, escúcheme bien,
estas palabras no pertenecen a su vocabulario, lo que si está en su vocabulario, sea
cual sea la lengua en la que se exprese, es " esto es fácil, y yo puedo” y, con esto, se
hace prodigios. Entonces usted considerará fácil la cosa que estando dentro de lo
posible, usted tenga que hacer en cada momento. En estas condiciones, lo por
realizar se torna fácil para usted, aunque hubiera podido parecer difícil o imposible, a
los otros, y esta cosa, usted la hace, rápido, usted la hace bien, usted la hace sin fatiga,
porque la hace sin esfuerzo, porque así usted lo consideró.
A las personas que sufren dolores, les digo: A partir de este momento, bajo la
influencia de la autosugestión que les voy a enseñar a practicar, su inconsciente va a
hacer de modo que la causa que determina estos dolores, poco importa el nombre que
se le de, desaparezca poco a poco, y dentro del dominio de la posibilidad.
Naturalmente, en la misma proporción e que desaparece la causa, desaparecerán
también los dolores; y cuando esta causa haya desaparecido por completo, toda vez
que sea posible, los dolores mismos no volverán a producirse y la curación habrá sido
completa. Si la causa ha devenido orgánica, sólo podrá desaparecer progresivamente.
En tal caso, el dolor se reproducirá de tiempo en tiempo, pero cada vez que se
manifieste, escuche bien, usted lo hará desaparecer inmediatamente, empleando el
procedimiento que le voy a indicar, procedimiento se aplica tanto a lo físico como a
lo moral.
Es entonces a todos que me dirijo en este momento y les digo a todos: Cuando les
llegue a los unos y a los otros el experimentar en lo físico o en lo moral algo que los
hace sufrir, en lugar de constatar simplemente la cosa, o sufrir y quejarse, afírmese a
usted mismo, por usted mismo que usted lo hará desaparecer, afírmelo de una forma
muy simple, pero categórica, dígase: “Voy a hacer desaparecer esto”. Es simple, pero
al mismo tiempo, categórico.
Aíslese, si es posible (esto no es indispensable, pues uno puede aislarse en lo anímico,
no importa en que lugar); cuando esté solo, ensaye, cierre los ojos y, pasando
ligeramente la mano sobre la parte dolorosa, si se trata de algo físico o sobre la frente,
si se trata de algo moral, repítase muy rápidamente con los labios, bastante algo para
que usted se escuche, la siguiente fórmula: “eso pasa, eso pasa, etc.” Lo esencial es
pronunciar las palabras “pasa, pasa, etc.” Bastante rápido porque, así entre dos frases
que usted diga, no hay la menor fisura para que la idea contraria pueda penetrar.
Usted se fuerza así a pensar que Eso pase y como toda idea que tenemos en la mente
se torna realidad para nosotros, eso pasa. Si el mal vuelve, pésquelo de nuevo y
recomienza, tan frecuente como sea necesario.
No dude en emplear este procedimiento, 50,100, 200 veces por día, Hágalo. Trate el
mal como a un insecto que tiene la impertinencia de venir a pasear en su vecindad.
¿Qué hace en ese caso? lo espanta. Si vuelve otra vez, lo vuelve a espantar, así
mismo con cada uno de sus sufrimientos. Y bien, lo repito, trate de la misma forma
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El dominio de sí mismo
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cualquier dificultad. Advierta que, mientras más lo haga, mejor frecuentemente se
sentirá obligado a utilizar el procedimiento. Si lo ha empleado, por decir algo, 50
veces hoy, mañana no será sino 48 veces, el siguiente día, 46, y así sucesivamente, de
tal suerte que llega el día en que no tiene que emplearlo en absoluto, pues no tiene
más necesidad, no siente más necesidad.
A los que se sienten atacados, a veces, de ideas tristes, ideas sombrías, ideas
obsesivas, de temor, pesadillas, fobias, les digo: “Poco a poco usted constatará que
sus ideas, esos temores, esas fobias que se presentan cada vez menos en su mente,
que son menos fuertes cada vez, menos tenaces, que se desprenden cada vez más de
usted, atrápelas e inmediatamente, emplee el procedimiento: “Eso pasará, eso pasará,
etc.” Y, así sucesivamente.
A quienes sufren nerviosidad les digo: “Poco a poco, bajo la influencia de la
autosugestión que les enseñaré, su nerviosidad va a disminuir y, con ella
desaparecerán los síntomas que ella causa.
Incluso si tiene crisis nerviosas, puede llegar a desembarazarse de ellos,
completamente”
"De ahora en adelante no estará más sorprendido por estas crisis, como antes, cada
vez que una de ellas esté a punto de manifestarse, se producen algunos síntomas que
le advierten que la crisis va a venir; pero estos síntomas no lo atormentarán en lo más
mínimo, porque, al mismo tiempo usted escuchará una voz en usted, mi voz, que le
dice, que le dirá, tan rápido como un relámpago: “No Señor, no Señora, No Señorita,
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